La Sociología de la Educación es una de las más jóvenes ramas del saber humano, ya que posee alrededor de sólo un siglo de existencia. Fueron Augusto Comte y Emile Durkhein los que le dieron vida como Ciencia general (Comte) y como Ciencias de la Educación (Durkhein).La epistemología de la Sociología de la Educación es enormemente rica en su marco teórico y metodológico. Entre los estudios sociales que formula figuran la Pedagogía, el Colectivo Escolar, el Colectivo Pedagógico, las relaciones sociales, la Institución Escolar, la familiam la comunidad, el desempeño de roles y los códigos de género entre otros.

sábado, 20 de octubre de 2012

EL NOBEL DE LA DESVERGÜENZA


Los amos del dinero y el capitalismo casino, las grandes fortunas europeas, los grandes diseñadores de este mundo de impiedad y desvergüenza, están descorchando sus botellas de champagne mientras ríen satisfechos por su poder inconmensurable: como si se tratara de un título nobiliario que se puede comprar para adornar con falso linaje sus fortunas mal habidas y manchadas de sangre, los impúdicos miembros de la troika que con mano de hierro dirige la vida y destino de centenares de millones de ciudadanos europeos se han adjudicado a sí mismos el Nobel de la Paz. Si no fuera trágico sería cómico.
En teoría, el Nobel de la Paz se otorga “a la persona que haya trabajado más o mejor en favor de la fraternidad entre las naciones, la abolición o reducción de los ejércitos existentes y la celebración y promoción de los congresos por la paz “. Sin embargo, este 12 de octubre, el Comité Nobel de Noruega comunicó su decisión de entregar el premio creado por el inventor de la dinamita, a esa instancia supranacional –conformada por 27 países–, que en este preciso momento se ve inmersa en la peor crisis en dos décadas de su historia.

 


 

miércoles, 10 de octubre de 2012


LENGUAJE Y SEXISMO: UN ARMA CARGADA DE PODER

 

Como decía un reconocido sociólogo, no hay ningún aspecto de la actividad humana que no esté recorrido por las desigualdades de género; y la lengua, esa herramienta imprescindible para nombrar la realidad, no sólo no es ninguna excepción, sino que es un arma fundamental de poder.

Hace varios días que la RAE está en los medios manifestando su crítica y desacuerdo con las distintas y numerosas guías que, bajo el auspicio de las feministas, se han venido publicado a lo largo de toda la geografía española por grupos y asociaciones de mujeres, universidades, ayuntamientos comunidades autónomas y otros organismos que aconsejan hacer visible al 50% de la población, las mujeres.

El trabajo de los miembros de la Academia no se ha posicionado claramente a favor de la igualdad entre mujeres y hombres, y, como se puede comprobar en la práctica (hechos son amores, y no buenas razones), no las han tenido en cuenta a lo largo de toda su historia. Cómo pueden calificarse, si no, las declaraciones del actual director honorario quien, con desgana paternalista afirmaba en 2009, cuando era director de la RAE: "La Academia no quiere ser ni feminista ni machista, sino estar en ese feliz punto medio". García de la Concha, en un asunto que tenía -y tiene- tanta importancia social, como máximo representante de la RAE en aquel momento, no podía ignorar el significado de ambos términos y considerarlos opuestos: si es cierto que la RAE está a favor de igualdad, su director debe declararse feminista porque serlo, según su Diccionario, significa exigir y defender iguales derechos para las mujeres. Y, al mismo tiempo, declararse ferozmente antimachista, oponiéndose, así, a actitudes prepotentes de varones que, por el simple hecho de serlo, se creen superiores a las mujeres. O se está por los derechos de las mujeres, o te crees superiores a ellas; no existe el "feliz" término medio.

La práctica de esta institución machista es heredera directa de los que les precedieron, que prohibieron entrar a las mujeres en las universidades durante casi 800 años; hoy, en 2012, la Academia demuestra con la elección de sus miembros, que es uno de los reductos más activos del poder patriarcal. La RAE está constituida por 46 miembros numerarios de los cuales, sólo 5, son mujeres. Hoy, solo el 10% de los académicos son académicas y en toda la primera parte del Informe de la RAE, "Sexismo lingüístico y visibilidad de la mujer", se recogen varias premisas en donde quieren demostrar que están por la igualdad y contra todo tipo de discriminación sexista. Aquí hay algo que no cuadra: ¿está la Academia en contra de todo tipo de discriminación con ese mínimo nivel de representación de mujeres? Si no discriminan a las mujeres, dado que somos más del 50% de la población, y que son mayoría las universitarias licenciadas con los mejores expedientes, y que en todos los ámbitos de la sociedad hay mujeres capaces, con prestigio y reconocimiento ¿por qué no las eligen? ¿Será porque el pensamiento de los ideólogos de la Academia sigue siendo el de sus ancestros como cuando, para rechazar la entrada de Emilia Pardo Bazán en la Academia le mandaron una carta diciendo que no había "plazas para mujeres"? O, aún peor, ¿piensan que no hay mujeres con méritos similares a los de los hombres que eligen? En cualquier caso, con su práctica, la Academia discrimina a las mujeres.

Y no cabe eximir de responsabilidad a sus miembros: No olvidemos que el sistema de elección es por cooptación, es decir, ellos mismos llenan las vacantes que se producen por fallecimiento en el seno de la Academia mediante el voto de quienes la integran (es el mismo sistema de votación que el del Comité Central del Partido Comunista chino). Además, los cargos son vitalicios, de manera que no están sujetos a reelección ocurra lo que ocurra y fuere el que fuere el comportamiento de sus miembros. Cuando de hablar de este asunto se trata, los miembros de la Academia suelen mencionar que poco a poco se va poniendo remedio a esta escasa presencia femenina, que reconocen mínima; pero las cifras no lo corroboran: desde el año 2000 han elegido a 18 hombres y a 4 mujeres.

 


/Dice la RAE que está por la igualdad entre hombres y mujeres. Sobre el Informe "Sexismo lingüístico y visibilidad de la mujer"/

 

¿Por qué no lo podemos dejar pasar?, porque pretende que no somos visibles.

¿Por qué no nos extraña?, porque deslegitimar irónicamente expresiones inclusivas es querer tapar el sol con las manos.

 

 

miércoles, 3 de octubre de 2012

EL TEMOR A LA VEJEZ


La negación de la edad es una tontería. Yo tenía miedo a esta etapa que empieza después de los sesenta años. Ahora, que más o menos estoy instalado en ella (tengo setenta y tres años), me doy cuenta que se me ha simplificado la vida, y la mayor parte de las cosas que antes me preocupaban, ahora creo que son boludeces, pero quedó lo esencial: el amor, los hijos, la justicia social, la solidaridad (y también el dulce de leche y la crema chantilly…)

Esta edad no está tan mal, el tema de la muerte siempre angustia, pero yo creía que iba a ser peor. Es una tontería hacerse el pendejo, fíjense si tuviera que ir al gimnasio, sería todo un laburo y no podría gozar de esto de hacerme el filósofo. Cuando cumplí sesenta años hice una fiesta en la Escuela. Y dije: tengo dos caminos, o me convierto en un viejo sabio, o en un viejo pelotudo. Lo último me pareció aburrido. Cuando no asumís la edad, no gozás ni la una ni la otra.


El temor a la vejez hace que la ocultemos, que sea considerada como algo indigno, a ocultar en un geriátrico porque ya no servimos más.


Acá en la Argentina tenemos la cultura de Mirta Legrand, pobre Mirta, para conservar la juventud debe usar una máscara de cirugía y no está gozando de esa edad.

Cuando estuve en Estados Unidos había una actriz que había sido muy famosa, Bette Davis, que ya estaba muy viejita y tenía el rostro con las arrugas del tiempo. Era conductora y tenía un programa muy respetado, en el que podía decir cosas sabias, porque estaba cómoda en esa edad, era creíble.


También en Italia, estando en una plaza de Roma, pude ver que estaban todos los viejitos (los respetados nonos) jugando a las cartas y tomando Cinzano, con gran dignidad, y la gente iba a preguntarles cosas.


Pero en la Argentina, cuando llegás a esta etapa, te meten en un geriátrico y no aprovechan la historia, que es necesaria para construir el futuro.


En el Amazonas no hay jubilación de viejos. Yo fui hace muchos años, de aventurero, con mochila y bolsa de dormir, y ahí estaban los viejitos de la tribu mirando el río Xingú que desemboca en el Amazonas. Y pensé: "Ahí está la biblioteca nacional"... Uno sabía de partos, otro de canoas, otro de plantas medicinales, a ellos los cuidaban mucho, porque eran los transmisores de la sabiduría, no había transmisión escrita (se moría el de las canoas y tenían que cruzar nadando…) Tenían una dignidad como los que vi en la India. Allí, en el proceso de vida, se respetan todas las etapas.


En estos países de la cultura occidental, tecnológica, donde lo que no es nuevo hay que tirarlo, lo mismo se hace con los seres humanos, y eso es una tontería. En la cultura norteamericana todos tienen que ser jóvenes y lindos.


Hay una etapa de la vida en que uno es niño, otra en que es joven, otra donde es adulto y otra donde es viejo. Nosotros atravesamos las cuatro etapas de la vida, si negamos una, vamos a tener problemas. Si se nos niega la infancia vamos a perder la creatividad, si se nos reprimió la adolescencia, vamos a perder la rebeldía.


Lo importante es seguir creciendo, es como pasar por distintas estaciones. En cada una hay que bajarse y tomar el otro tren (son las crisis evolutivas). Algunos se bajan en una y ahí se quedan, no siguen en el viaje de la vida.


La concentración urbana genera la familia nuclear: papá, mamá y uno o dos hijos, donde es tan pequeño el espacio, que no cabe el abuelo, va al geriátrico, después tienen que mandar al nieto a la guardería, pero ¿quiénes son los mejores cuidadores para el nieto? el abuelo y la abuela. ¿Qué mejor maestra jardinera que un abuelo o una abuela? Ambos están fuera de la producción, fuera de la tensión necesaria para la lucha cotidiana, ambos están en el mundo de lo imaginario...


En Santiago del Estero el tata viejo es un personaje muy importante. Es el que sabe la historia de la familia, transmite la información, los agüelos cuidan al gurí, las dos puntas de la vida se complementan.


En nuestro país la vejez está desvalorizada, los viejos son marginados, el cambio social fue tan brusco que su experiencia habla de una Argentina que perdimos, si terminan en el geriátrico, los tratan como chicos, los retan y los humillan, se deprimen y  aparecen todas las enfermedades que tienen que ver con las bajas defensas.


En cambio, en las sociedades más sanas, esta es una época muy rica, porque es la de la reflexión, que es parecida al juego y la creatividad, pero ya después de haber visto la película entera y haberla entendido. 


La última etapa es lo que se llama la senectud, que a veces tiene un deterioro grave,  neuronal, de las funciones mentales. De todas maneras, el final del proceso de la vida, que es la muerte, es un tema negado en nuestra cultura. El final, la agonía, a veces tiene características traumáticas, como algunos partos, al inicio.  Los humanos somos todos de la tribu de los "Uterumbas", porque vamos del útero a la tumba.


Se puede estar en cualquier edad, incluso setenta, ochenta años, y el que tiene un proyecto se aleja de la muerte. Eso lo vi en Pichón anciano, él decía: “la muerte está tan lejos como grande sea la esperanza que construimos”, el tema es la construcción de la esperanza. ¿Cómo la podés construir?, si esa historia tiene sentido y se arroja adelante como esperanza.


Padres que no le tienen miedo a la muerte hacen hijos que no le tienen miedo a la vida.

Alfredo Moffat     -    Psicólogo
“Terapia de Crisis. La emergencia psicológica”