Lev Semenovich Vygotsky : Un Psicólogo en la Educación
Lev Semenovich Vygotsky nació el 17 de noviembre de 1896 en Orsha, Bielorrusia. Su padre era representante de una compañía de seguros y su madre, aunque tenía formación como maestra, ejerció de ama de casa dedicándose por entero al cuidado de sus ocho hijos.
Poco se conoce de su infancia y adolescencia. Sabemos, por ejemplo, que era el segundo de estos ocho niños, y que su familia era judía. Pertenecían a la intelectualidad de su ciudad siendo sus condiciones económicas privilegiadas.
Vivían en un apartamento grande, con una biblioteca amplia, y los hijos estudiaban en casa con tutores. Del judaísmo cultivaban más las tradiciones culturales y folclóricas que la religión.
Después de años de estudio con profesores particulares, y ya en la adolescencia, Vygotsky pasó a frecuentar el Gimnasio Judaico de la ciudad de Gomel, graduándose en 1913 y recibiendo una medalla de oro a los 17 años. En la Universidad de Moscú estudió medicina, transfiriéndose un mes después a derecho. En la Universidad del Pueblo de Shanjavsky estudió historia y filosofía.
El 11 de junio de 1934 a los 38 años, muere de tuberculosis en el Sanatorio de Serebrannyj Bor.
Hace por lo menos tres décadas que el pensamiento de Lev Semenovich Vygotsky viene provocando reacciones de extrañeza y admiración en filósofos, psicólogos y educadores de varios países del mundo.
Fue un pensador con una múltiple formación y con vastas influencias teóricas.
Al haber producido sus trabajos en la Unión Soviética luego de la revolución de 1917, su teoría fue marcada por sus experiencias de intelectual y educador, así como por las concepciones materialistas presentes en aquel contexto. Vygotsky dio gran importancia al sustrato material del desarrollo psicológico, el cerebro, y también atribuyó igual valor a la dimensión social en el proceso del desarrollo humano.
El materialismo dialéctico (presente en sus teorías), afirma que todos los fenómenos, sean humanos o naturales, están en movimiento y en constante transformación. Esta idea permite entender la concepción de desarrollo humano, que lejos de aceptar el determinismo ambientalista de los empiristas, introdujo una especie de dialéctica.
El paradigma marxista sobre el concepto de sociedad influyó fuertemente en el pensamiento vygotskyano. Para Marx, los cambios ocurridos en la sociedad modificaban las relaciones sociales y, por consiguiente, la propia naturaleza humana. Siguiendo tal concepción materialista de hombre, Vygotsky afirmó que las interacciones vividas en determinados contextos socio – culturales pueden facilitar, inhibir o modificar el desarrollo y el modo de funcionamiento de las funciones psicológicas superiores. De acuerdo con el materialismo dialéctico, hombre y naturaleza se influyen y se transforman mutua y continuamente.
“Al actuar sobre la naturaleza exterior el hombre modifica, al mismo tiempo, su propia naturaleza. El movimiento auto – transformador de la naturaleza humana es un movimiento material que abarca la modificación, no sólo de las formas de trabajo y organización práctica de la vida, sino también de los propios órganos de los sentidos. La formación de los cinco sentidos es trabajo de toda la historia pasada” K. Marx
El estudio de las funciones psicológicas superiores condujo a Vygotsky a una investigación sobre cómo los procesos culturales interactúan con los mecanismos biológicos. Para él, sólo la maduración biológica no era suficiente para desarrollar la complejidad de las estructuras psicológicas y se empeñó en demostrar la importancia de la génesis social en la construcción de esas funciones.
Siendo el cerebro el órgano biológico de las funciones psicológicas, su funcionamiento se fundamenta, necesariamente, en las relaciones que el individuo establece con el mundo externo.
Para él, la cultura es parte esencial de la humanización del hombre: “Se pueden distinguir, dentro de un proceso general de desarrollo, dos líneas cualitativamente diferentes de desarrollo, difiriendo en cuanto a su origen: por un lado, los procesos elementales que son de origen biológico y, por el otro, las funciones psicológicas superiores, de origen socio – cultural. La historia del comportamiento del niño nace del entrelazamiento de esas dos líneas”( Vygotsky)
La interacción es lugar del sujeto
“El sujeto aprende a organizarse en el mundo en función de las interacciones vividas con otros sujetos sociales. La presencia del otro social puede manifestarse en las más variadas formas: a través de objetos, espacios, costumbres y actitudes culturalmente definidos” (Vygostsky y Luria).
A partir de la noción de que el sujeto se constituye en la interacción, Vygotsky estudia el ser psicológico completo. El ser humano completo, en una concepción vygotskyana, es un ser marcado por su cultura, que hace su historia impregnada por los valores de su grupo social.
La formación de las funciones mentales superiores ocurre en y por la interacción del sujeto con el medio, que no es sólo físico, sino que principalmente, está cargado de significados y, por lo tanto, pleno de ideología, de historia, de cultura.
No se trata de un sujeto moldeado pasivamente por lo social, ni tampoco de un individuo y sus recursos propios: “el plano intersubjetivo no es el plano del otro, sino el de la relación con el otro”.
La comprensión de los significados de las cosas en el mundo, de las personas con quien nos relacionamos y de nosotros mismos, se construye a partir de situaciones compartidas y vivenciadas con otros sujetos, en la construcción de afectos y conocimientos, en la confrontación de puntos de vista y en el descubrimiento y creación de nuevos sentidos. Para explicar la importancia de las interacciones y el doble origen material – social y biológico – del desarrollo humano, Vygotsky utiliza los conceptos de internalización y mediación.
La internalización corresponde a la capacidad humana de reconstruir e interiorizar las experiencias vividas externamente. En una sociedad mediada por la cultura, el hombre, al interactuar, reconstruye dialécticamente sus experiencias, atribuyendo a éstas un significado conforme a los elementos culturales presentes en su contexto.
La mediación
La mediación es un concepto fundamental en la teoría de Vygotsky y corresponde al: “enlace epistemológico de todo el sistema teórico vygotskyano” ( Pino, 1991, pág 32). La comprensión de lo que llamó mediación nos permite entender la relación de los sujetos con el medio social y físico, el proceso de internalización y, consecuentemente, el desarrollo de las funciones psicológicas superiores que, según él, es lo que nos diferencia de los otros animales.
La mediación posibilita la interacción entre elementos de una relación. En contraste con la relación directa de los animales con el ambiente, la actividad humana incluye el uso de mediadores externos. Vygotsky habla de dos tipos de mediadores externos: los signos y los instrumentos.
La diferencia primordial entre signos e instrumentos radica en las diferentes formas con las que éstos orientan y afectan el comportamiento humano. El instrumento posibilita al hombre operar sobre la naturaleza y modificarla externamente, mientras que el signo no modifica el objeto de la acción del hombre, sino que lo orienta internamente. El signo permite que el hombre controle su propio comportamiento.
La función mediadora del lenguaje (sistema de signos) tornó al hombre capaz de reflexionar sobre las formas más simples de comportamiento humano, como también de ejecutar las más altas formas de regulación de su propia acción.
Lo que configura el lenguaje es el intercambio y la comprensión de los significados, sea a través de los gestos, las miradas, el llanto o las palabras. La adquisición del lenguaje, más claramente del habla – del discurso, proporciona un salto cualitativo a las relaciones sociales, al mismo tiempo que posibilita la ampliación del universo simbólico.
En los últimos dieciocho meses de su vida, Vygotsky dirige su atención y sus investigaciones hacia la relación entre la educación y el desarrollo en general. En ese período surge el abordaje sistémico de las zonas de desarrollo, que más tarde sería consagrado como la Zona de Desarrollo Proximal (ZDP).
Para Vygotsky, la interacción entre los diferentes miembros de la cultura favorece la creación de la ZDP. Estos miembros pueden ser adultos o niños de la misma edad o de edades próximas, pero con capacidades y habilidades sociales diferentes. Al estar en contacto con otros sujetos, el niño no sólo desarrolla sentimientos, posturas corporales y sociales…, sino que también transforma su nivel de desarrollo potencial en nivel de desarrollo actual o real.
Vygotsky defendía la idea de que, cuando hablamos del nivel de desarrollo de un niño, estamos hablando de, por lo menos, dos niveles de desarrollo, el actual y el potencial.
La zona de desarrollo próximo se caracterizaría por una cierta tensión entre el nivel de desarrollo actual (aquello que el sujeto ya es capaz de hacer y que puede ser observado por el grupo social) y el nivel de desarrollo potencial (las funciones intrapsíquicas que el sujeto posee, pero que están inmersas en sus potencialidades). El resultado de esta tensión sería un nuevo nivel de desarrollo actual.
Así, el niño tiene un desempeño cuando realiza solo alguna actividad, sin embargo, este desempeño puede ser ampliado o sufrir un retroceso cuando la actividad es realizada en compañía de alguien (niño o adulto) más o menos experimentado.
“La zona de desarrollo próximo es la distancia entre el nivel de desarrollo real, que suele determinar a través de la solución independiente de problemas, y el nivel de desarrollo potencial, determinado a través de la solución de problemas bajo la orientación de un adulto o con la colaboración de compañeros más capaces” (Vygotsky 1998ª, pág.112)
El desarrollo infantil de Vygotsky es visto de forma prospectiva, es decir va más allá de las aparentes capacidades presentadas por los niños. En la zona de desarrollo próximo, el nivel de desarrollo actual es encarado como fuente de posibilidades para la maduración de funciones embrionarias en el individuo y no como fin último del proceso de desarrollo.
Fuente: Psicología, Cultura y Educación: Perspectivas desde la obra de Vygotsky
(Vera María Ramos de Vasconcellos – Claudia da Costa Guimaráes Santana).